Un nuevo día, un nuevo caos.

 Hoy intenté sentarme a escribir unas tres o cuatro veces. En serio. Pero cada vez que lo hice, algo pasó. Un grito, un llanto, un golpe, un llamado de papá, un "mamá vení", una leche derramada, una discusión por un juguete, un mamá me ayudas con esto?. Y así se fue el día. 

No sé si esto cuenta como escribir, pero acá estoy, robándole minutos al cansancio.

Mi día empieza a las 5:30 am. Hoy cometí el error de posponer la alarma. Esos “cinco minutitos más” que en realidad son una trampa mortal para cualquier madre. Porque cada minuto cuenta, y cuando me quise acordar, ya íbamos tarde. Así que arrancó la carrera: levantar a los chicos, preparar el desayuno a las apuradas, vestir a la más chica mientras trato de que el mayor se cambie rápido . Todo al ritmo de “dale que perdemos el colectivo”. Porque sí, en esta casa el caos madruga.

Y en medio de ese torbellino diario, sigo intentando encontrar un equilibrio entre lo que quiero hacer para mí y todo lo que tengo que hacer durante el día…

La maternidad, las responsabilidades, los chicos, las tareas, citas medicas ,la casa, el trabajo, prácticas, el respiro que nunca llega. A eso se suma la comunicación con papá, que aunque sigue viajando, no deja de estar… Porque no solo es papá, también es esposo, y desde la ruta hace lo posible por estar presente, por acompañar desde la distancia…
Siempre que intento sentarme a escribir, algo pasa. Algo explota, alguien llora, alguien necesita algo urgente. Y dejo de lado lo mío, una vez más. 
Pero aún no sé cómo... solo sé que lo intento.
Porque aunque el día termine con mil pendientes, con los chicos dormidos y la casa en un desorden absoluto, sigo aquí, intentando encontrar un espacio para mí.
No tengo todas las respuestas, ni la perfección, pero el simple hecho de seguir intentando es lo que me da fuerzas para arrancar de nuevo cada mañana. Un nuevo día, un nuevo caos... pero también una nueva oportunidad de encontrarme en medio de todo.
Todos vivimos un caos diferente, que quizás para los demás no es considerado como un caos y somos considerados como exagerados. Todos tenemos derechos a sentirnos de la forma que nos sentimos y no esta mal.
Yo se que no soy la única...



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